Si necesitas almacenar una gran cantidad de agua seguramente estés pensando cuál es el recipiente adecuado para tal efecto. Es importante saber que para al almacenar agua se necesita un tanque resistente y flexible que evite posibles fugas y que garantice unas condiciones óptimas de almacenaje.
Para almacenar agua existen una gran cantidad de tanques de diferentes materiales que ofrecen las características nombradas anteriormente, pero algunos también poseen una serie de desventajas que vamos a mostrar a continuación:
Depósitos de concreto:
El concreto es un tipo de material parecido al cemento que se obtiene de la mezcla del propio cemento, arena y grava y agua. Es un tipo de material que cada vez se usa más para la construcción de tanques para almacenar agua debido a su gran durabilidad, pero posee una serie de desventajas que hacen que no sea una opción adecuada para ello. La principal desventaja del concreto es que con las variaciones de temperatura se puede quebrar, partir o fracturar. Además, los tanques de este material generar algas con facilidad.
Depósito de hierro:
Los depósitos de hierro son usados sobre todo en plantas de tratamiento de agua. Su principal ventaja, además de su resistencia y durabilidad, es que resiste los altos contenidos tóxicos que tienen las aguas residuales, pero tienen una desventaja, la oxidación. Para poder usarlos es necesario recubrirlos con una pintura especial que puede incremental el coste.
Depósito de polietileno:
Es un material muy utilizado para realizar depósitos. El polietileno ofrece grandes propiedades como su resistencia, su ligereza, su bajo coste y su fácil instalación. Son una opción muy recomendaba para almacenar agua, pero tienen una desventaja, y es que, a pesar de ser un material muy resistente, en caso de que se produzca una grieta en el depósito la reparación es difícil.
Depósito de poliéster:
Posiblemente, sean la mejor opción para almacenar agua. Estos depósitos realizados con fibras de vidrio ofrecen una gran resistencia ante golpes y factores ambientales y su instalación y mantenimiento es sencilla. Resisten muy bien la corrosión y la oxidación y no dejan pasar la luz, lo que evita la producción de bacterias. El poliéster, además, es muy fácil de reparar, por lo que si el depósito sufre alguna grieta se podrá arreglar de forma sencilla.
Estos son los cuatro tipos de depósitos más usados para almacenar agua, y de entre todos ellos, hemos visto que los depósitos de poliéster son la opción más segura teniendo en cuenta las desventajas que poseen el resto de materiales. Si esa es la opción elegida para su depósito contacte con Poliéster Infinity. Estaremos encantados de atenderle y asesorarle en cuanto a sus necesidades sin compromiso.